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11.9.08

 

Handkerchief-landscape

Pintura litográfica sobre tela translúcida.

Sin fechas aunque es la madrugada de un día clave, significativo. Por eso lo he escrito y lo he borrado. Celebramos el fatal aniversario. Desde ese día en que todo empezó a cambiar en nuestro mundo suspendido en el gran universo. También personalmente los segundos cuentan de otra manera desde ese momento: Habíamos hablado de como los acontecimientos desbordan las presas que los contienen. Como desbordan. Como llega el momento en el cual son incontenibles. No por siempre estaremos aquí. Habrá que hacer algo en todo caso aunque nada sea ya importante. Tal vez por eso. Porque hemos asumido quienes somos y el camino largo que nos trajo hasta aquí. Como desbordan las ideas aunque trates de impedir que salgan porque aun no tienes criterio ni pasado ni experiencia ni búsqueda previa suficiente. Como el verdadero dolor se expresa autónomo. He buceado. Y he aprendido a vivir sin aire y sin expresarme. Seguiríamos así hasta el final de los tiempos pero ya es hora. Sin acritud a nada ni a nadie. Todos cumplen, ha llegado el tiempo de que cumplas tú también tu parte. He concentrado mucha energía en reconocer qué lágrimas son verdaderas qué rabias son sinceras, cuál es el amor bueno y cuál la pobreza intolerable. Siempre supe que llegaría un momento, y he tratado de retrasarlo, en el que tendría que salir a la superficie y decir: He buceado. Y sé porque llevé los ojos siempre abiertos que hay aguas turbias que dejan ver, y luces cristalinas que ciegan los ojos en los océanos transparentes. He dicho: He buceado. Y no son branquias irresponsables lo que me llevó tan lejos sino ganas de respirar sumergido, fe en lo profundo. Ha llegado el momento de reconstruir la vida y salir airoso hacia la nada.
Silbando por su propio placer, silba el silbido.





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