18.12.05
El lenguaje organizador
Hablamos por los codos utilizando signos que llamamos palabras y palabros. Con ellos construimos oraciones y a su vez con éstas construimos unidades superiores de lenguaje que constituyen mensajes. Elementos de comunicación. A veces una sola palabra constituye un mensaje en sí misma y la llamamos símbolo.
Todos sabemos que los mensajes son en cierta manera los moldes de la información. Este es un concepto realmente escurridizo, el de la información…vaya si lo es. Pero no me voy a parar en ello, lo importante en lo q me concierne es diferenciar dentro de la idea de información las de patrón y estructura. El sistema tiene una forma global, el patrón, dada por las relaciones entre los elementos que contiene el sistema. Estos elementos son la estructura. Hagámoslo fácil…aunque saldrá difícil. No he dicho un mensaje con una estructura muy definida porque sus elementos no eran muy concretos, aunque uno a uno conocidos, sin embargo la relación entre ellos, el patrón global, organiza una idea al receptor. La forma en que construimos nuestros mensajes lleva consigo un factor organizador que complementa, digámoslo así, el puro significado del mensaje. Al hablar, pues, transmitimos la forma de nuestro pensamiento, no sólo con la elección de las palabras sino con la manera de combinarlas. No es gratuito, decir las cosas así o asá. Pensemos que lo que decimos es intrínsecamente un manual de instrucciones. El arte sabe este hecho y le saca un partido extraordinario. La sociedad en la que vivimos tiende a enfatizar el carácter estructural de las cosas. Si no se puede medir, calcular, racionalizar, es caos. Apartémoslo, no sirve. El Arte coge el caos como materia prima para infundirle un patrón que provocará un proceso organizativo en el espectador. Al cual le será difícil explicar tal experiencia fuera de ese caos. El carácter cualitativo del patrón frente al carácter cuantitativo de la estructura no son disociables dentro del sistema. Sea éste una persona, una pintura, una ciudad…Pero promovamos la cualidad manteniendo la cantidad y crecerán paradojas a nuestro alrededor de dónde saldrán las preguntas que hacen que la vida cobre sentido. La mayoría se vienen repitiendo desde la antigüedad y son ya lugares comunes. Si hay algo que se acerque a una respuesta, es el Arte.
Todos sabemos que los mensajes son en cierta manera los moldes de la información. Este es un concepto realmente escurridizo, el de la información…vaya si lo es. Pero no me voy a parar en ello, lo importante en lo q me concierne es diferenciar dentro de la idea de información las de patrón y estructura. El sistema tiene una forma global, el patrón, dada por las relaciones entre los elementos que contiene el sistema. Estos elementos son la estructura. Hagámoslo fácil…aunque saldrá difícil. No he dicho un mensaje con una estructura muy definida porque sus elementos no eran muy concretos, aunque uno a uno conocidos, sin embargo la relación entre ellos, el patrón global, organiza una idea al receptor. La forma en que construimos nuestros mensajes lleva consigo un factor organizador que complementa, digámoslo así, el puro significado del mensaje. Al hablar, pues, transmitimos la forma de nuestro pensamiento, no sólo con la elección de las palabras sino con la manera de combinarlas. No es gratuito, decir las cosas así o asá. Pensemos que lo que decimos es intrínsecamente un manual de instrucciones. El arte sabe este hecho y le saca un partido extraordinario. La sociedad en la que vivimos tiende a enfatizar el carácter estructural de las cosas. Si no se puede medir, calcular, racionalizar, es caos. Apartémoslo, no sirve. El Arte coge el caos como materia prima para infundirle un patrón que provocará un proceso organizativo en el espectador. Al cual le será difícil explicar tal experiencia fuera de ese caos. El carácter cualitativo del patrón frente al carácter cuantitativo de la estructura no son disociables dentro del sistema. Sea éste una persona, una pintura, una ciudad…Pero promovamos la cualidad manteniendo la cantidad y crecerán paradojas a nuestro alrededor de dónde saldrán las preguntas que hacen que la vida cobre sentido. La mayoría se vienen repitiendo desde la antigüedad y son ya lugares comunes. Si hay algo que se acerque a una respuesta, es el Arte.
